miércoles, 29 de enero de 2014

Publicación en Revista Mujer de el diario La Tercera: "El Año del Caballo: ¿Cómo se relaciona con el universo femenino?"

Energía caballa

Quisimos saber de qué modo se relaciona la figura del caballo con las mujeres. Revisamos los arquetipos femeninos y su simbología con la terapeuta Silvia Selowsky
Veronica San Juan / 27 enero 2014
Ilustración: Camila Cesani
1.jpg.okDiosas que cabalgan
Como autora del libro El Oráculo de las Diosas. El Despertar de lo Femenino -próximo a reeditarse Random House-, la periodista, tarotista y terapeuta Silvia Selowsky revisa este ciclo equino desde la perspectiva de los arquetipos femeninos, pero antes explica qué representa para ella esta figura.“El caballo ama la libertad por sobre todas las cosas, por ello tenerlos muy amarrados en espacios pequeños los hace sentirse molestos; necesitan la expansión de las praderas en todo sentido; son cariñosos, sociables y les gusta que los regaloneen. Son creativos y capaces de efectuar mucho trabajo de colaboración.
Les encantan los desafíos y halagan a los otros para establecer comunicación. A veces resultan impredecibles”, resume, y revisa algunos de los arquetipos femeninos que remiten a los equinos. Como Atenea, diosa protectora de la ciudad y de la justicia, quien les enseñó a las mujeres a usar la brida (freno del caballo con las riendas y el correaje que sirve para sujetarlo a la cabeza del animal):“Es interesante esta relación con las riendas, porque muestra a una diosa preocupada de la independencia”, dice.
De Hécate, diosa de la sabiduría, rescata el dibujo de su rostro, en el que se observan un caballo, un perro y una serpiente: “Tiene tres caras y representa las posibilidades que tenemos las mujeres ante una indecisión: en nosotras opera lo doméstico, que sería el perro; la serpiente, que representa la transformación, y el caballo, que se vincula con la parte indómita y libre”.
Rhiannon, diosa de las aves y de los caballos, aparece montada sobre un corcel blanco y vestida con un atuendo con brocados de oro. Llamada la ‘gran diosa’, constituye uno de los vértices de la tríada de diosas relacionadas con la guerra y asociadas, por lo mismo, al furor, la batalla y los equinos. “La representan con cuerpo de mujer y con cabeza de caballo. La mitología celta narra que tomaba forma de una atractiva mujer para seducir a los hombres desprevenidos y luego desvanecerse en el viento para nunca volver a ser vista. Otra versión dice que los llevaba a la muerte justo cuando se daba la vuelta y revelaba su cara en forma de caballo”.
www.silviaselowsky.cl
“El caballo refleja lo que tú eres. Es un espejo”, explica la psicóloga Jackie Abt, integrante de Akuda y pionera de este modelo en Chile”.
Caballos que leen nuestro cuerpo
¿Se puede aprender sobre una misma relacionándonos con un caballo o una yegua? Sí. Y bastante más de lo que uno imagina antes de experimentarlo. Y no necesitan ser entrenados para mostrarnos cómo somos, cómo actuamos en relación con los demás o qué miedos o confianzas transmitimos. Cuando nos aproximamos a una manada ellos nos ‘leen’, claro que para comprender sus ‘lecturas’ se requiere de intermediarios también llamados facilitadores de aprendizaje equino: “Al ser un animal herbívoro, el caballo debe estar atento a los depredadores. Tiene que leer el lenguaje corporal para sobrevivir”, explica Paulina Corradini, veterinaria experta en conducta animal y equina y una de los cuatro facilitadores certificados y agrupados en Akuda (‘un caballo’ en indonés), empresa de coaching y aprendizaje que sigue estrictamente los lineamientos de Eagala (Equine Assisted Growth and Learning Association), modelo desarrollado en Estados Unidos, en 1998, por los terapeutas Greg Kersten y Lynn Thomas. Lo dice después de casi tres horas de trabajo conjunto entre ellos, una manada de cuatro caballos y tres mujeres que saben bien poco de este método, pero que han querido experimentarlo por una tarde, en los cerros de Peñalolén.
A diferencia de otros modelos como la hipoterapia o de costumbres campesinas o actividades recreativas o competitivas, esta metodología propone trabajar junto al caballo. No montado sobre él. Como la experiencia es única e irrepetible, es preferible no narrar los ejercicios, pero sí se pueden compartir algunas ideas: que reconocen nuestras inseguridades; que sus movimientos o inacciones reflejan lo que pasa con uno; que el lenguaje verbal no sirve demasiado para comunicarse con ellos; que al relacionarnos con ellos -inducidos por los facilitadores- uno puede darse cuenta de las estrategias que utiliza en la vida; que la experiencia sorprende y abre preguntas. Y tanto más que se va dilucidando en cada nuevo ejercicio.“La búsqueda de sus pares o de personas con quienes asociarse con el fin de realizar proyectos osados y aventureros llevará cada vez más a la mujer a hacerse dueña de su destino”, dice Ángeles Lasso”.
“El caballo refleja lo que tú eres. Es un espejo”, explica la psicóloga Jackie Abt, integrante de Akuda y pionera de este modelo en Chile.“Después de unos días puedes llegar a soñar con los caballos, porque algo empieza a moverse en ti y puedes descubrir las estrategias que te funcionan”, complementa Carolina Herrera, profesora general básica y coach certificada en el Centro Mip. Y Jackie, sigue: “Eres tú la que va cambiando después de cada ejercicio. Te vas descubriendo y te das cuenta en qué momento y por qué tu actitud cambia”. Paulina Corradini dice que los caballos leen nuestro lenguaje corporal de manera limpia; sin interferencias: “Representa un desafío para las personas. Se imponen por su belleza, su tamaño y su nobleza”. “Es un animal que cataliza los procesos terapéuticos; hay situaciones que están varadas y después de algunas sesiones se destraban. Pero es un camino que tú conduces. No nosotros”, aporta Jackie.
Los miembros de Akuda, integrada también por el publicista y facilitador Igor Comte, trabajan con empresas, colegios, familias y cualquier grupo que requiera sus servicios. Y también existe Somos Caballas, programa de empoderamiento femenino de cuatro sesiones, en el que se trabaja el autoconocimiento, el manejo de las emociones, el autoliderazgo y el ‘darse cuenta’, práctica conjunta que busca que las mujeres se sientan más seguras y en un estado de mayor bienestar.
 Autonomía, osadía y liderazgo 
Para la reconocida psicoastróloga y tarotista Ángeles Lasso, autora del libro Horóscopo Chino 2014, El Año del Caballo de Madera, la energía del regente caballo de madera influirá directamente en lo femenino. “El caballo es sinónimo de libertad, de libre albedrío. Realzará, especialmente, su deseo de emancipación y de autonomía, tanto de sus prejuicios como de las presiones que la sociedad ejerce sobre ellas”, describe, y analiza su profunda atracción por romper los esquemas reinantes que las oprimen y ahogan. “Por lo tanto se verá a muchas mujeres tomando puestos de mando y a muchas otras que dejarán atrás todo tipo de limitaciones”.
Emancipación individual, pero también colectiva, marcada por el arrojo: “La búsqueda de sus pares o de personas con quienes asociarse con el fin de realizar proyectos osados y aventureros llevará cada vez más a la mujer a hacerse dueña de su destino, afirmándose en el poder común del agrupamiento con sus iguales en distintos formatos de asociación”. Y aventura un marcado liderazgo de las mujeres: “Al final de este año revolucionario nos encontraremos con un lado femenino sumamente empoderado y dispuesto a manifestar su autosuficiencia y su capacidad de crear el ambiente o la vida que les sea más atractiva”.
Horóscopo Chino 2014, El Año del Caballo de Madera, $10.900.

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